El suicidio de las palabras.

En ocasiones las frases se agolpan en nuestra cabeza sin encontrar salida por donde llegar a nuestra garganta. Solo lo consiguen palabras sueltas, extenuadas, inconexas y, para quien nos oye, carentes de sentido. Pero no se así. En nosotros están claras y las entendemos con una normalidad que, quien no tiene EM, no llega a comprender.

Al oírnos, creen que tenemos algún problema que nos impide pronunciar bien. Pero, pensarlo, en realidad el problema lo tienen ellos. Me explico. ¿Por que se están perdiendo, en el día a día, palabras tan sencillas como "gracias", "perdón", ¿"si puedo ayudarle"?. Si te paras a escuchar, las oirás, pero como excepción y no como algo natural. No, definitivamente no tenemos nosotros el problemas. Las palabras están en todos.

¿Y por que se pierde algo tan maravilloso como un "te quiero"?. No debe ser tan simple de pronunciar como parece, ha de ser un acto que se refleje en tu alma, que tus ojos sean capaces de transmitirlo a la persona a quien debes de enamorar cada día. Y te aseguro que no es tarea fácil pronunciar un "te quiero" desde el alma cada día. Las palabras te salen, pero se suicidan sino van acompañadas del sentimiento que llega desde tu interior.

Merece la pena dedicar, cada día, a buscarle camino a las palabras que tenemos en la cabeza. Tener ese tiempo, que dentro de nosotros es infinito aunque parezca lo contrario, que las palabras necesitan para encontrar su significado. Amistad, amor, risa, llanto, esperanza, todas las palabras que se te ocurran. Tienen la belleza que queramos ponerles. Pero no dejemos que se suiciden y mueran al ser pronunciadas.

  • Mientras escribo esto, estoy escuchando: After words (Camel)

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