La sonrisa de Mona Lisa.


Mucho se ha escrito sobre la famosa obra de Leonado da Vinci: Mona Lisa.

Ensayos, películas, libros, cortos, teorías, tesis, documentales y un largo etcétera de lo que su sonrisa da de si. No seré, pues yo, quien descubra nada nuevo sobre ella.

Pero si puedo escribir sobre lo que, esa sonrisa, representa para mi. Y puedo por, ya sé que soy un afortunado, si me detengo un momento soy capaz de descubrirla cada mañana. No la encuentro en quien va deprisa a no se sabe muy bien que tarea, trabajo o actividad. No. Es mucho más sencillo.

Cada mañana, al llegar a la Fundaciò me paro unos segundos y doy los buenos días, acompañados de una pequeña sonrisa. Cada mañana, esa sonrisa, me es devuelta con creces desde varios de los rincones hacia los que dirijo mi mirada. Y, para mi, es la sonrisa de Mona Lisa ampliada en toda su magnitud.

No tengo ni idea que pensaba o sentía Leonardo mientras pintaba ese cuadro. Tampoco imagino que pensara que daría tanto que hablar, escribir o desarrollar. Ni mucho menos imagino que pasaba por la cabeza de la modelo. Pero es indescriptible la calma que pasa por todo mi ser cuando, tras esos buenos días, me devuelven tantas sonrisas.

Por cada una de ellas es sincera a pesar de la noche, o el día, anterior que hayan tenido. Te sonríen por verte allí, de nuevo, un día mas con todo el valor que eso lleva para nosotros y, en realidad, para todo el mundo que quiera parase unos segundos y sonreír.

Después puede seguir el día, será mejor o peor, pero seguramente si ha conseguido sonreír y que le sonrían, estara más cerca de entender la sonrisa de Mona Lisa.

  • Mientras escribo esto, estoy escuchando: Life's a Long Song (Jethro Tull)

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