La batalla de la palabra escrita.


Cuando me pongo a escribir son muchos en los amigos en los que pienso. Son muchas las palabras, de animo, de consuelo, que me vienen a la cabeza de todos ellos, a medida que han ido conociendo el alcance de la EM.

También me vienen a la cabeza las muchas personas que estoy conociendo en la Fundación. La amistad que estoy creando con algunas de ellas. Todo eso me hace escribir. Pero hoy, no me preguntes porque, no estoy pensando en ninguno de ellos. Hoy estoy pensando, y escribiendo, en quien puede estar leyendo este blog.

La verdad, es que se de algunas personas, pero de otras dejo volar mi imaginación. Y es esta la que dirige en estos momentos mis dedos en el teclado. La sensación que me produce, el pensar quien puede estar leyendo este blog es una mezcla de incredulidad y alegría. La primera porque no me veía capaz de escribir una sola linea. La segunda porque lo he conseguido.

Los que, a ti que posiblemente me leas, te cuesta escribir apenas unos segundos a mi me cuesta algunos minutos. Mi mente dicta pero, al parecer, las ordenes no llegan muy claras a los dedos. Pero es una alegría, para mi, inmensa ver la letra reflejada en el escrito en todo su esplendor. Tan sencillo pero, como siempre decimos, hasta que no perdemos las cosas no apreciamos lo que teníamos. Y yo empecé a escribir con teclados que no tenían la letra Ñ.

Ahora tengo muy claro que, aunque sea con un dedo y me cueste los minutos que me cuestes, seguiré escribiendo. Porque leer algo escrito por ti, que no sabes muy bien quien lo lee, mientras escuchas una canción que te gusta es algo con lo que la EM tendrá que luchar conmigo para que lo deje.

Si, posiblemente, al final venza ella pero mientras tanto son muchas las palabras que habré escrito y, muchas, las canciones que habré escuchado.

  • Mientras escribo esto, estoy escuchando: Take this waltz (Leonard Cohen)

Comentarios

Entradas populares