Ruido, ruido, mucho ruido.


Y no solo es por la canción de J.Sabina. Es que llevo varios días nada más que escuchando ruido. De todas clases. De máquinas, de palabras, de tertulias (que no se de que hablan), de noticias, de televisiones, de sueños, de hambres, de lloros. Ruidos, algunos tremendos, otros vanales.

Y el ruido no me dejar pensar que es lo que escucho, que es lo que me dicen. Por que me están hablando, diciéndome donde está lo que ando buscando pero, el ruido no me deja concentrarme. Ni entender lo que me dicen.

Intento escuchar, al menos hoy he tenido una lágrima por Miguel. Al menos me han dejado escuchar que se nos ha ido. Pero solo se ha ido allá, donde no hay ruido.

Donde podremos hablar escuchándonos hasta que se nos revienten los tímpanos de sencillo silencio. Sin ruido. Solo nosotros.

Dijo un gran poeta que "nos queda la palabra", pero no la escuchamos de tanto ruido que hacemos.

Y no pido un minuto de silencio, eso ya lo saben pedir otros, solo pido un minuto de mirarnos a la cara los unos a los otros y preguntarnos ¿cuantos días hace que dejamos de mirar a Haiti?. ¿Y a África?.¿Cuanto hace que nos engañamos a nosotros mismos haciendo ruido, para no escuchar el sonido de la verdad?.

  • Mientras escribo esto, estoy escuchando el Requeim de Mozart (da igual por que orquesta) recordando a Miguel Delibes.

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