Los síntomas de la imaginación.

Pegaso, el caballo alado, vino hacia mi como cada tarde para llevarme mas allá de las nubes grises, donde los colores se tornaban cálidos y me tranqulizaban. Me dejó junto al rió donde las Náyades jugaban al atardecer con el amor de los hombres y el deseo de los dioses. Dejaba atrás sus juegos y sus risas para adentrarme en el bosque donde, en ocasiones, me esperaba Selene para conducirme al centro del Universo. En otras ocasiones era Dafne quien cogía mi mano para llevarme junto a Apolo y disfrutar, los tres, del sollozo del atardecer.

En ocasiones, mientras voy al claro del bosque, veo a Penélope deshacer el sudario que hilvano en el día, como hace cada noche, a la espera de que el nuevo día anuncie la llegada de su amado Ulises. Mis ojos ven la luz de la esperanza en los suyos. Y veo al dragón llorar porque quiso reír y no supo. Vuelvo a ver a Alicia corriendo tras el conejo blanco. ¡¡¡ No entres en esa madriguera !!!, le gritó como antaño. Me detengo es mucho mi cansancio en el bosque de cristal, muchas las imágenes,muchos los síntomas febriles de mi imaginación, mucho...

... ¿o debería estar escribiendo sobre los síntomas de mi enfermedad?. No, decididamente, no. Es mucho lo que me han hablado de ellos durante estos años y no quiero repetir una vez mas lo que me cuerpo me dice. Me gustas escribir pero de otros síntomas. Los de la imaginación. ¿O acaso tú no tienes?. Si, decididamente, si al igual que yo. Leíste un libro colocando las voces y las imágenes desde tu interior.Escribiste un poema en el silencio de una habitación, con el murmullo de tu mente despierta diciente, una y otra vez, el placer de aquel momento en que volaste al confín del mundo, en que pintabas el mar con el azul intenso de tu imaginación. Fuiste señor de los truenos,en la tormenta, y desvalido niño ante el dragón. Y eso ninguna mal sueño te lo quitó. Quizás por eso leo, y aprendo, a soñadores como yo.

Son demasiados los doctores, sabios, psicólogos y demás ilustrados los que me inundan con los menesteres de lo que padeceré,notaré o síntomas que me acompañaran en mi camino. Ninguno de ellos se ha parado a preguntarme, ni siquiera una vez, ¿que sientes hoy?. Todos me preparan para lo que viene pero no saben que, la inmensa mayoría de veces, estoy de viaje con Pegaso, el caballo alado. ¿Loco quien escribe o quien lee lo que el loco escribió, quien pinta un amanecer en mitad de la noche o quien lo vivió?...que sé yo,cuando estudiaba siempre aprobé la locura. Siempre suspendí la razón. Y es que, como decía el viejo profesor, cada loco con su tema...cada cual con su canción.

Mientras escribo esto, estoy escuchando: From Now On (Supertramp)