Bailando en el desierto o el desahogo de un mal recuerdo.
En una de las ultimas reuniones a las que asistí, antes de jubilarme, tuve la "fortuna" de que el ponente de la conferencia fuera unos de los directores de mi empresa. He de decir, antes de seguir escribiendo, que ya acudía a estas reuniones con una sorna interna que debía reflejarse en mi cara si,alguien, se paraba a mirarme. La charla versó sobre los tiempos que corrían,era a mediados del 2008, y la "dureza" de lo que vendría. He de recordar que trabajé en una multinacional y,supongo, tenían información privilegiada de los "mercados". Y es que siempre fui un mal pensado en este aspecto.Bueno obviare el resto de la charla y, dirás que soy un demagogo, solo pondré como termino la misma. Al final dijo: "Así que ya sabéis tendréis que trabajar como tres,aunque os paguen como uno". No voy a reproducir las exquisitas palabras que vinieron a mi mente en aquellos momentos finales. Pero si explicaré una historia a continuación. ¿Por que ahora?.Porque algunos fantasmas son demasiado charlatanes y se empeñan en no respetar mi silencio.
Hace unos treinta y tantos años conocí a un muchacho. Desgarbado, bajito. Con los pelos rizados que cautivaba con las ideas un tanto rebeldes que tenia. Me explicaba,por aquellos tiempos, que el mundo se podía cambiar, que no se trataba de que solo tuvieran unos pocos, sino que se repartiera entre muchos, que todo era cuestión de dignidad. Explicaba que, un poco a hurtadillas, publicaba una revista contra el sistema establecido. Que no era un sueño, era empujar entre todos. Tocaba la guitarra, supongo, como forma de protesta mas que como desahogo. Desgraciadamente, como pasa en esto de vivir, le perdí la pista unos años después. Y todo habría sido así si mi enfermedad se hubiese adelantado unos meses en su progresión. Pero soy algo cabezota y, al parecer, no la deje. Así que volví a ver aquel muchacho. Me dijeron que seguía tocando,muy bien,la guitarra. Pero algo había cambiado cuando le escuché:"Así que ya sabéis tendréis que trabajar como tres,aunque os paguen como uno". Se había convertido en un director de "una empresa de los mercados".
Y,supongo, que todo es lógico. Él ahora sigue tocando la guitarra mas como desahogo,supongo,que como protesta.Hacía reuniones en la playa para decidir el numero de los que paraban y los que seguían,entre cerveza y cerveza. No sé que revistas lee, ahora, ni tan siquiera sé si lee. Ha viajado por mares,escalado montañas y visto desiertos pero te diré que,poder que me da Mielina,bailo cada noche en el desierto. Ese que nunca pisaste. Ese que aquel día, en aquella reunión, rodeaba felizmente mi cabeza de las estupideces de los mercados y los mercaderes que alguien,en algún libro leí, hace mucho tiempo de un templo expulsó.
Sé que estuviste en una montaña muy alta divisando el Sol, para "crear equipo" decías, pero nunca aprendiste como se baila en el desierto aunque te queme la arena en el cerebro. Ahora cada uno esta en su sitio en la maraña de mis recuerdos. Yo, es mi ventaja en este blog, me he puesto a salvo aquí arriba en el cielo. A ti te he enviado a quemarte a los infiernos, donde deberían estar los "mercados" y "su prima de riesgo". Allí te encontrarás con otro hipócrita,como tú,al que envié hace algún tiempo. Alguien que te dijo que yo, en lugar de persona con una enfermedad,era un enfermo. Hoy tenía que desahogarme cuando escuche, de nuevo,esta canción...cosas de bailar cada noche en el desierto.
¡¡¡ Uf, como se queda uno de descansado cuanto tira,a los leones,un mal recuerdo !!!
Mientras escribo esto, estoy escuchando: A Horse With No Name (America)
Ay amigo...el poder del dinero, el mismísimo poder, ejerce de imán absoluto sobre muchas mentes,que en mi opinión,nacen retorcidas y con el tiempo les salen los vericuetos tortuosos.
ResponderEliminarAhí entra la hipocresía demencial de pensar de una manera frente a alguien y actuar de manera muy distinta...
Haces bien en enviarlos al infierno desde esa arena de tu desierto,mientras bailas al amparo del cielo.
Yo los envío a cada poco e incluso los imagino retorcidos en sus mentiras.
Qué mala soy,¿no?
Creo que cada vez van consiguiendo hacerme peor persona.
Besos.
Para algo tiene que servir la espita de la escritura, por lo menos para echar fuera los malos recuerdos.
ResponderEliminarJosè Antonio... " Bailando en el desierto "
ResponderEliminarAtrapan tus letras porque son dueñas de tu vida, aquì te acompañan relatando tu bronca desatada, para que bien entendamos tu situaciòn pasada, que contienen un valor inigualable, tu verdad.
¡¡¡ muy interesante !!!
un beso
Hay que fastidiarse!!! Es que los humanos somos incapaces de resistir al poder del dinero?? Yo creo que seguiría con mi guitarra y mis amigos, crees que me equivoco?? Tampoco creo que tú pudieras decir eso de "trabajar por 3 y cobrar por 1"...
ResponderEliminarBailemos en nuestro desierto...
Un beso