Un paseo por el Annapurna.
Estábamos a escasos 10 metros de culminar la escalada. Note como me faltaba el oxigeno, mi respiración era lenta, entrecortada. Mi Sherpa se empeñaba en empujar de mi, como quien arrastra un saco hacia el final. Le insistía, una y otra vez, que me dejara allí. Él podía conseguirlo sin mi, acariciábamos la cumbre solo había que alargar los dedos. El viento arreciaba, parecía querer detener mi angustiosa escalda pero no ceje. Di un paso más y luego otro ayudado por mi bastón de "montaña". Al fin se hizo la luz en mi, al fin estaba en el techo del mundo, en la cima donde tocaba las estrellas con los dedos. Al fin estaba... en la 3ª plata de unos grandes almacenes, Moda Caballero.
Espero que Edurne Pasaban, y los grandes montañeros que hay, perdonen esta exagerada licencia literaria en el comienzo de mi escrito pero, atravesar unos grandes almacenes, un día festivo con gran afluencia de publico me supuso un esfuerzo no falto de deseo de coger una botella de oxigeno, como la que llevan en sus mochilas. Y, cuando llegue a casa, me puse a escribir. Aun jadeante, no pude terminar este escrito en el mismo día. Lo guarde...
Y lo guarde solo para sentirme afortunado, si, como lo estas leyendo. Afortunado. Porque pude subir al Annapurna, porque pude llegar a la tercera planta. Porgue aun puedo andar, aunque de tumbos con bastón... y eso es un privilegio que no puedo transmitirte a ti que das un paso, y luego otro y otro. Sin tan siquiera darte cuenta de que los das. De la maravilla de engranaje de perfección que son tus piernas y tu mente. Solo sigues mirando artículos para encontrar el mas barato, el mas bonito, el mas perfecto... pero lo llevas contigo aunque no te marvillas de lo increíble que llega a ser.
Te lo regaló algo que se llama vida, algunos los llaman dioses, con solo poner tus pies en este mundo... sin tocar suelo. Solo por ser tu. Pero solo le das importancia cuando te llama la atención con algún dolor, alguna perdida o con la vejez de lo que se va sin anunciar su partida. Si ahora estas leyendo esto, regalate unos minutos y,simplemente, escucha la canción. No pienses en nada mas, solo date un respiro y piensa la inmensa fortuna que tienes en subir, de cuando en cuando, al Annapurna... en tu día a día.
Mientras escribo esto, estoy escuchando: Walk on the wild side (Lou Reed)
Me ha gustado mucho tu comparación de la escalada con el tránsito por unos grandes almacenes en días puntas y te comprendo, pues hasta para las personas que no tenemos dificultades se convierte en una hazaña.
ResponderEliminarEs una inmejorable comparación, para que comprendamos todos lo que supone para tí. Lo conseguiste, aunque con un gran esfuerzo, pero lo hiciste. Eres un gran ejemplo a seguir.
ResponderEliminarJosè..." Un paseo por el Annapurna "
ResponderEliminarEs todo como lo relatas....es verdad no reconocemos a nuestro cuerpo hasta que sentimos un dolor...como en las piernas...allì nos damos cuenta y valorizamos el sentirnos bien y cuidarnos mejor.
Muy lindo lo que has comentado, debemos mirar hacia atràs alguien nos sigue en peor situaciòn.
un beso
La comparacion es muy buena, asi nos podemos encontrar ante cualquier cosa aburda. Acabo de ver una noticia de un microchips que puede ser muy expecial. mira el BLOG DE GIDEM. BESOS
ResponderEliminarQue gran lección nos acabas de dar!
ResponderEliminarAbrazos!
La verdad es que esa proeza nos pasa desapercibida las más de las veces,porque como dices,es un regalo adherido a nosotros en el nacimiento y tan sólo lo observamos como cualquier objeto de la mesilla,cuando lo limpiamos de polvo.
ResponderEliminarO cuando se nos cae, o cuando se nos rompe...
Sólo entonces entendemos bien la escalada...
Gran escrito y tan concienciador!
Besos.
Toda una proeza tu escalada!! Eres el mejor de los montañeros. Cierto es que no nos damos cuenta de la perfección de nuestro cuerpo, hasta que la maquinaria empieza a fallar... Que te compraste en la cima??
ResponderEliminarUn abrazo.
depois da montanha,não duvido que
ResponderEliminarconsigas coisas ainda mais dificeis.basta pensar,sentir,sonhar,
ter imaginação. me parece que nada
disso te falta. fica bem.
depois da montanha,não duvido que
ResponderEliminarconsigas coisas ainda mais dificeis.basta pensar,sentir,sonhar,
ter imaginação. me parece que nada
disso te falta. fica bem.