El coleccionista de suspiros.

Desde joven tuve una obsesión: coleccionar. Al principio, como muchos niños coleccionaba cromos de futbolista, mas adelante coleccione tebeos que se convirtieron en comics, por aquello del esnobismo. Coleccione películas y alguna que otra colección que creí seria la definitiva. Hasta que me di cuenta que lo mio no era el coleccionamos y deje de coleccionar.

Sin embargo algo debió de quedar en mi porque,ya hace algunos años, me dio por empezar a coleccionar algo que aún, hoy en día, continuo haciendo: empecé a coleccionar suspiros. ¿Suspiros...y como se coleccionan?, os preguntareis. Intentaré explicarlo.

Al principio nos es nada sencillo distinguirlos de una respiración normal. En ocasiones pueden parecer una exhalación o espiración de nuestro cuerpo sin nada diferente a la respiración de cada día. Pero un día estaba mirando a Irene y notaba una felicidad radiante en su cara. Su sonrisa era especial. No dejaba de mirarla cuando,de repente, exhalo un profundo y eterno suspiro.

- ¿ Y ese suspiro, Irene, a que se debe. Estas cansada?.

- No,estoy enamorada.

Me quede sin respiración. Lo que menos me esperaba era aquella contestación.Ah¡ se me olvidaba, Irene tenía cinco años.

Así que, en aquel momento, recogí el suspiro y lo guarde en mi piel. Y me propuse coleccionar todos los suspiros que pudiera. Desde aquel día tengo, en mi colección, el suspiro de una mujer que despedía a su amor en una estación. O dos suspiros que se acostaron una noche y se fundieron en uno. Tengo el suspiro de quien viene a la vida y de quien se va. Los suspiros de una madres cuando escuchan la puerta,en la noche, cerrarse tras una angustiosa espera. O el suspirar de quien espera oír una palabra y,finalmente, la escucha. El suspiro de quien ve el primer rayo de luz, a través de la ventana, tras una noche de manos agarrotadas.

Y aún tengo mucho sitio en mi piel para seguir coleccionado suspiros. Los que, quizás, me dejes en algún comentario. Los que, quizás, mañana alguien deje escapar al empezar el día o al terminarlo. Quizás cuando se acueste y piense: ¿que sería de aquel suspiro, se perdería?....Si lo encuentro lo añado a mi colección por si, algún día me lo pides.