Una visita inesperada.

El sonido del timbre de la puerta me sobresalto. Estaba medio adormecido. Mire el reloj. Eran las dos de la madrugada. ¿Una urgencia?,pensé mientras me incorporaba de mi somnolencia.

- ¿Quien es?,pregunte entre la curiosidad y el sobresalto.
- La Muerte, contestó una voz que me dejó helado, sin reacción alguna.
- Creo que como broma dice mucho de quien la esta haciendo, dije finalmente, y no son horas para ir llamando por las casas.

Finalmente colgué el interfono, echando maldiciones y exabruptos producto del enfado,de la impresión o de la congoja que me había producido aquella voz. Así me dirigí, de nuevo, al sofá donde estaba antes de aquel penoso despertar. A medida que llegaba al comedor, pude vislumbra una sombra. El miedo se iba apoderando de mi, pero seguí andando hasta llegar al comedor. Allí sentado en el sofá había alguien. Era una forma difusa, sombra o resplandor, luz u oscuridad. No sabia definir pero me había quedado,como con la voz, helado.

-¿Quien eres?,pregunté finalmente.
- Ya te lo he dicho antes. Veo que no quieres creerme pero siento como tiemblas.

Era cierto estaba temblando. Yo que había escrito tanto sobre ella, que la había descrito cara a cara estaba temblando. Como tiembla un verdugo ante los ojos de su víctima. Estaba temblando.

-¿Vienes por mi?
-No,eso seria muy fácil,no significas nada. Tú no me temes,¿verdad?.¿Por que habría de molestarme en ti?.No,claro, que no. Solo vengo a enseñarte mi rostro, ese que también dices conocer.
La voz,que en un principio tanto me congeló el ánimo, era ahora aterciopelada,calmada. Me atrapaba con unas invisibles lianas de confianza,de ternura.
- Me habéis nombrado de mil maneras,continuó diciendo. Ángel,demonio,vieja telaraña,herrumbre sin humanidad. Me desprecias cada vez que pronuncias mi nombre y,sin embargo,me veneráis como un maná divino. Me pintáis de todas las formas pero,siempre, con la misma cara huesuda. Y así podría seguir la noche entera describiendo adjetivos y parabienes que,durante miles y miles de años, me estáis dedicando. Y estoy cansada,¿sabes?. Yo no me llevo a nadie. Vosotros mismos hacéis ese papel por mi. Te baste leer cualquier periódico cada día,ver cualquier noticiario.Veras que puedo quedarme a descansar todos los días. Vosotros,los seres humanos,os valéis y sobráis para hacer mi trabajo.Pero estoy cansada,¿sabes?.Hoy, simplemente, te he elegido a ti porque quiero mostrarte mi rostro. Porque quiero que recuerdes mi cara.

Al mismo tiempo que decía esto, la sombra se incorporaba del sofá y me mostraba su rostro.Un grito,entre el ahogo y la desesperación,surgió de mi garganta. Aquel rostro lo conocía perfectamente. Era...

...El sonido del timbre de la puerta me sobresalto. Estaba medio durmiendo. Mire el reloj. Eran las nueve de la mañana. ¿Algún amigo?,pensé mientras me incorporaba de la cama.

- ¿Quien es?,pregunte entre la curiosidad y la pereza de mi cuerpo.
- La Vida, contestó una voz que me dejó helado, sin reacción alguna, derramando lágrimas de felicidad...

...Me perdonareís unos momentos, están llamando al timbre de casa y nunca he sido descortés con las visitas. No se quien será. Y es que este mundo no para de girar y girar...sigue..pase lo que pase...tengas lo que tengas...nada lo para. Como lo sueños, no sabes que es ficción, que es realidad...así debe ser,¿verdad?.

Aún con los ladridos en mis orejas, escribí esto.