Soledad.

Dario deambulaba por el salón, de un lado a otro poseído por una inquietud que no lograba describir. Su corazón latía mas aprisa que cualquier noche mientas se acerco a la ventana. Desde allí diviso la niebla que envolvía toda la casa. No pudo contener un estremecimiento que recorrió todo su cuerpo.Estaba acostumbrado a la soledad del lugar, a la intromisión de sus propios pensamientos en su día a día. Pero aquella noche era diferente, lo sentía, se estremecía, notaba como la vida se habría paso a su alrededor y no lo entendía, no lograba comprenden que pasaba. Miro suplicando hacia la bruma....

... Soledad bajo los ojos, no le gustaba aquellas noches. Se giro hacia el sofá y le pregunto a Luis.
  • ¿Que me decías que era antes este solar?.
  • Ah, si- contesto Luis- me lo explicaba esta tarde el promotor de la Inmobiliaria. Al parecer era una gran casona con unos inmensos paramos alrededor. Sus dueños fueron cayendo presos de una extraña enfermedad, a principios del siglo pasado, y finalmente la propiedad quedo en manos de terceros quienes construyeron el parque residencial, las viviendas y edificios actuales.
  • ¿Y no se sabe que enfermedad era?
  • No, nunca se supo.
Soledad quedo en silencio. Luis, su hermano, continuo viendo la televisión mientras ella dejaba volar su imaginación. ¿Que enfermedad seria?. Imaginaba que podían haber sentido quienes, antes que ella, miraban hacia aquellos campos. Su imaginacion era febril, reconoció, y mucho mas desde que tenia Esclerosis. Era su pasatiempo favorito.La dejaba volar tratando,una y otra vez,de perder a su oscura realidad. Aquella noche se acostó con aquel pensamiento....

....Dario no podía dormir, sus piernas le extenuaban entre continuos calambres y, su cuerpo, se retorcía por un dolor en la cabeza que no podía ni desear al mismísimo Belcebu. No era la primera vez, pero si la mas angustiosa. Maldecida cada nuevo calambre,gritaba sabiendo que su voz se perdía en la niebla. Que su garganta agotaba su corazón. Quería cerrar los ojos y no abrirlos hasta el Juicio Final. Quería no ser, no darse cuenta de los gritos que profería....

... Soledad despertó alertada por unos gritos de dolor, una voz de auxilio desesperada. La habitación estaba tranquila, nada se oía en el piso. Pero se levanto y miro hacia la ventana. No dijo nada solo vio unos ojos y comprendio. Conocía aquel dolor, aquella desesperación. Anduvo,tan rápidamente como le permitían sus muletas, hacia el ascensor, salio a la calle y las rozo... rozo las lágrimas de Dario. Finalmente supo que enfermedad habían padecido los dueños de la casona.

Nada de esto contó Soledad, solo serian espejismos de una enferma. Porque quien tiene una enfermedad es un enfermo y queda,al parecer, descatalogado de nuestra sociedad como persona. Y si cuenta cosas como este es que, sus desvaríos, le están llevando al otro lado de la mente. Quizás es lo que le ocurrió a Soledad.

Quizás es lo que me ocurrió, a mi, al escribir este pequeña historia, inverosímil en el espacio/tiempo. Por unos momentos pensé que mis dedos eran dirigidos por otra mente, que mi mente era soñada por otra persona. ¿Fue así querida Mielina o, como siempre, lo soné?.

Mientras escribo esto, estoy escuchando: Moonlight Shadow (Mike Oldfield)

Comentarios

  1. ¡¡¡I M P R E S I O N A N T E!!!

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  2. No sabes cuantas veces ante una casa en ruina, mi imaginación se disparaba creando personajes de ficción, casi les veía... Dices que a los enfermos se les descataloga, estoy contigo, somos "casos". En este momento pienso en mi amiga Bea q aún estando perfectamente lúcida alguien que no sabe nada de ella escribió en un informe q la ELA causa demencia... Es indignante. No te preguntes porqué te cuento esto...
    Tu relato me enternece y remueve mi alma...
    Hasta pronto amigo.

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  3. me gusta tienes un arte especial que trasmite

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  4. Es cierto la persona enferma, se hace más perceptivo.sigue deleitandonos con estas maravillosas entradas.

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