Cosas que aún me quedan por hacer.

Plantar un árbol, escribir un libro, tener un hijo. Nunca he sabido bien el orden de la frase, tampoco me he preocupado. Pero es lo que decían que, un hombre, debía realizar para dar plenitud a su vida. Tampoco me preocupe de quienes lo decían.

No he plantado árbol alguno y, sin embargo, nací entre ellos. Me crié viéndoles crecer, comiendo algunos de sus frutos, respetando la sombra que me cobijaba del tórrido sol del verano, en el huerto familiar. Eran parte de mí, como yo de ellos. Corría, retozaba, mientras el viento comenzaba a traer nombres de tierras lejanas y la noche caía. Nunca he plantado un árbol. Pero alguien los arranco del huerto y lo dejo yermo, sin vida. Era niño y nada se me explico. Nadie me dijo porque estaban allí los arboles, ni porque los arrancaron. Hoy una vía del tren atraviesa el paraje. Pero aun estoy a tiempo de plantar el primero.

Nunca he escrito un libro. He disfrutado tanto con lo leído que, los dioses no permitan, mi prepotencia no llegan mas allá de querer imitar un triste prologo de aprendiz de letras emborronadas. Deje mis poesías arrinconadas en un cajón, donde las guarda el más crítico olvido. Y no pretendo mas allá que transcribir un sentimiento en el momento que escribo, que prepotencia ¿no?, que lleve a quien lo lea un sentimiento de quien lo escribió. Allá en la mar, acá en la tierra. Nada con simetría, solo desde el corazón.

No tengo hijos, ni hijas. La naturaleza fue así de caprichosa,o sabia, con nosotros. O el destino quiso que no conociéramos las mieles de sentir el llanto de un recién nacido, ni la agónica espera de una noche por la vuelta de quien se sintió llorar de niño y ahora ha crecido. No sé si es bueno o no. Nunca podre hablar de ello. Podre hablar de historias pero que no son mías y, por tanto,no sentidas. Mejor callar porque lo que no ha vivido uno mismo, solo el prójimo sabe explícalo. Pero si se que nunca nos hemos sentido huérfanos de un sentimiento por no haberlo vivido. Se pasaron malos días, como se pasan las tormentas. Si tienes una mano donde aferrarte, esquivas la corriente. Y, siempre, tuvimos esa mano.

Así que no realice ninguna de las tres cosas. ¿Ha sido mi vida inútil, estéril?.Pues no, sinceramente, creo que no. Aún hoy tengo cosas por hacer, decir, escribir, vivir, sentir o soñar y la vida de cada cual la mide cada cual ante su conciencia.Y son muchas las sorpresas que me da, aun, el día a día. Tengo todavía capacidad para sorprenderme.

Y me sigo sorprendiendo.Además, pensándolo bien, si el filosofo cubano (finalmente averigüe quien fue) que dijo la frase tiene razón aun me quedan, al menos, dos cosas por hacer en la vida.La tercera siempre ha implicado a los sentimientos de otra persona, la fuerza de la naturaleza y la conjunción de las energías. No me veo muy capacitado, ni con fuerza, para emprender la solicitud del permiso de ninguna de ellas.

¡¡¡ Bonita, tú sonrisa final !!!
Mientras escribo esto, estoy escuchando: Suzanne (Leonard Cohen)

Comentarios

  1. ¡¡¡No me canso de leerte!!! Pongo en ello todos mis sentidos, eres un artista. Expresas tus sentimientos de tal manera que al leerlo, los siento como si fueran míos. Tus palabras llegan al alma, de verdad.
    No has plantado un árbol pero aquí plantas muchos sentimientos mediante palabras y seguro que plantas mucho amor a tu familia.
    No has escrito un libro pero tienes un estupendo blog que no me canso de leer una y otra vez.
    No has tenido hijos pero de seguro hay mucha gente que te admira. Además, seguro que tienes sobrinos.

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  2. Pues tienes mucha razón, no hay ninguna vida que haya sido inútil ni estéril, no lo creo, quien puede vivir sin haber hecho nada productivo? la vida por si misma ya es útil y valiosa.
    Yo he tenido hijos, he plantado un árbol pero...no creo que pueda escribir un libro ni creo que sea imprescindible, he hecho otras muchas cosas que dejaran seguro huellas.
    Si, tienes razón.

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  3. Se han dicho y escrito tantas cosas... A veces leo citas famosas y no les capto el sentido, otras veces oigo una frase banal q me parece una verdad como un templo.
    Lo que creo es que ciertas personas tienen eso que llamamos esencia, y desde luego, para mí tú la tienes. De resto suscribo enteramente el comentario de Sara.

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  4. Tu capacidad para sorprenderte en la vida cotidiana y para sorprendernos con tus palabras que llegan al corazón son la esencia de la vida. Lo demás son tópicos y frases hechas que a veces no tienen demasiado sentido salvo para el que lo dijo.

    Por cierto en estos tiempos tener un blog es como mimar a un hijo, escribir cientos de libros y plantar miles de arboles. Y además sin cortarlos ni destruirlos para hacerlos papel.

    Un abrazo.

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  5. Joder amigo, que bien escribes…!!! me has emocionado, si te tuviera cerca te daba un beso

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