Fuera de Temporada.

Comencé como cualquier otro día a escribir pero mi atención, mi cabeza, no estaba sobre el teclado. Mis pensamientos se dirigían una y otra vez a la misma imagen: aquel muchacho en la silla de ruedas. La había visto en la TV y hablaban de enfermedades cerebrales. No recuerdo el nombre que dijeron de su enfermedad, pero sí recuerdo que comentaron que era “una enfermedad rara”. Y la imagen del muchacho se me quedo grabada porque…sonreía. ¿Enfermedad rara?, pensé. Los raros debéis ser los que hicisteis ese reportaje y no reparasteis en esa sonrisa.

Es curioso como todos estamos catalogados. Somos una tarjeta andante cuando entras en una gran superficie. O eres un cliente potencial si estás en Internet, para ampliarte la oferta en ADSL. O te mantenemos joven y radiante por un módico precio, aunque superes los ochenta. Todo es cuestión de dinero.

Si vistes de determinada forma, eres de un determinado grupo de la sociedad. O eres un marginado, si no vistes de ninguna forma. Si vas con melenudos eres hippie o peor. Si llevas corbata eres o un ejecutivo, o de una secta, o quizás que te despistaste en la boda y andas buscando a la novia que, a última hora, inteligentemente se dio a la fuga.

No se pero todo tiene que estar catalogado, como en un gran almacén, todo con su etiqueta y, quizás, con su precio. Nada puede estar al azar: nada puede ser autentico. Yo Esclerótico, el muchacho con “una enfermedad rara”, el ladrón con antifaz aunque el que te roba, por desgracia, lleva etiqueta negra y no se ve en la noche.

Estoy cansado de tener etiquetas, de soportar que los demás me describan con pelos y señales como soy sin tan siquiera saber cómo me llamo. Estoy cansado de quien me dice que he de hacer con mi vida, cuando ni siquiera saben como abrocharse el cordón de su zapatos. Y de que le pongan precio a cada día que vivo, que pongan precio a mi bastón, a mi silla y no hagan nada por saber si el bastón o la silla me ayudan en el día a día. Que tan solo se limiten a poner, la etiqueta, al siguiente articulo. Este ya está “Fuera de Temporada”.
 Mientras escribo esto, estoy escuchando: Black Velvet (Pat Benatar)

Comentarios

  1. Qué maravilla de artículo, sale desde las "entrañas enfadadas" como digo yo. Enfada, pero es así. Yo una vez leí que todas las enfermedades degenerativas se conocían en el mundo de la medicina como "enfermedades raras". Y me dije que cuando no saben o no controlan algo, pues es raro.
    Bueno que me enrollo, abrazos fuertes.
    Sara.

    ResponderEliminar
  2. Hola José Antonio, me ha gustado mucho tu articulo...creo que has soltado un poco de lastre y lo comprendo muy bien. un abrazo
    Mercedes

    ResponderEliminar
  3. JOSE ANTONIO LA EM YA NO ES RARA ES COMUN.UN ABRFAZO

    ResponderEliminar
  4. SARA: Si, tienes razón, muchas veces escribo "desde las entrañas" porque, aunque yo se lo que tenemos, me enrabia los comentarios de la gente "preparada" y "sana". Lo veras en mas pensamientos que escribo.
    Un abrazo

    MERCEDES: Suelo soltar lastre en el blog, empece a escribir por eso. Siempre he dicho que el papel, en este caso el blog, todo lo aguanta.
    Un abrazo.

    CHUS: Ya se que la nuestra ya no es rara, soy pensionista "comun". Pero, aún asi, pregunta a según quien por ella. Te pondran cara de mil cosas... menos de saber de que le estas hablando.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. José Antonio, la sociedad actual es demasiado materialista, por eso tiende a "cosificarnos", a considerarnos objetos o cosas que se pueden justipreciar en un valor determinado. Pero lo esencial del ser humano no está en su aspecto físico, en su edad o en su salud. Todos estamos sometidos a la flaqueza de la naturaleza humana, pero todos tenemos el inconmesurable valor del alma...sin embargo, ¿qué saben muchos de esa intangible esencia?
    Tú sí lo sabes, y por eso valoras una sonrisa en mucho.

    Un abrazo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares