Cuando el tiempo se enamoró.

La mansión parecía abandonada desde hacía mucho tiempo. Nadie se acercaba a ella ni en el día ni en la noche. Pero la curiosidad había llevado a Noel hasta aquel lugar. Recordó como le hablaron, en el pueblo, de la leyenda que envolvía el caserón. Los mas viejos del lugar le narraron que, allí, el tiempo se detuvo. Le relataron que tiempo atrás una familia habitaba la morada. Un matrimonio con una hija de una extraordinaria belleza y unos ojos azulados sin parangón alguno. La curiosidad había hecho pisar, a Noel,aquel lugar. Al llegar a la mansión se encontró con el jardín que la rodeaba. Aún, en su abandono por el tiempo transcurrido, del lugar surgía una profunda paz. "Cuanta belleza debió tener el lugar", pensó. Atravesó el jardín hasta llegar a la mansión. El lugar le sobrecogió, era majestuoso a pesar de estar en estado ruinoso.

Se armó de valor y traspaso el umbral de la mansión. Recorrió lo que quedaba de sus inmensos salones, las estancias tan singulares del caserío. "Debió tener un esplendor majestuoso en sus mejores días", este pensamiento,y otros similares, le asaltaban mientras recorría la mansión. De repente un objeto llamo su atención: una vieja, polvorienta y vetusta silla de ruedas. ¿Que hacía en aquel lugar?.Nadie le había hablado de enfermo alguno en la mansión. Se abstrajo en sus pensamientos y en la silla de ruedas. Tanto que perdió la noción del tiempo. No sabía que hora sería, de la noche, cuando se dispuso a salir de allí. Pero, la luz de la luna, le hizo caer en la cuenta de una estancia de la, antes, no se había fijado. Dirigió sus pasos a ella, abrió la puerta y... un inmenso azul deslumbro su alma.

Al atardecer los lugareños tomaban un café en la taberna. Uno de ellos preguntó por el forastero del día anterior. Un anciano, desde el fondo de la taberna, le respondió: " Por la sensación que me dio ayer andaba un poco perdido, sin rumbo alguno en la vida, sea lo que fuere que buscaba...unos ojos azules se lo ofrecieron, él lo acepto y lo guiaron,porque de esos ojos, hasta el tiempo, de ellos se enamoro y allí se detuvo.".

Si he logrado detener, aunque sea una milésima, tu tiempo me doy por satisfecho. Ese lapsus de espacio/tiempo has estado aquí conmigo, olvidándote de todo lo que te hace ser quien no eres. Mis mejores deseos azules para ti, que nunca te abandonen. Hoy, como en algunas otras ocasiones, me ha merecido la pena vivir el día y escribir para ti.

Comentarios

  1. Un escrito precioso, muy tierno, es el ¡descubrimiento! de muchas cosas.

    José Antonio, nunca dejes de mirar esos ojos azules, nunca, nunca...
    La música me encantó, no la conocía.

    Que pases una semana con todo lo mejor. Mil gracias por compartir tu alma. Es muy bonito tu blog, me hace pensar, cuestionar, preguntarme, dudar y cerciorarme de muchas cosas (ya sabes, el ratón y el gato dicen lo que piensan, ¡siempre! si no, no tiene sentido el cuento).

    Me alegro muchísimo de verte bien. ¡Un beso!

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  2. Me gustaría que el tiempo se enamorara de mí!
    Como Noel, me fascinan las casas antiguas, me atrae fabular sobre su historia... Mi imaginación vuela...

    Ay!! Un beso amigo invisible... Jeje!!!

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  3. Hay mansiones, todas, diría yo, por las que se entra por los ojos.
    A veces la mirada es la mejor guía que pudiésemos soñar, tras su estela olvidamos entornos aciagos, sensaciones funestas, sentimientos dañinos.
    Así que ese caminante seducido por el azul de unos ojos, encontró por fin lo que ignoraba que buscaba.
    Que bonito, José Antonio.
    No dejes de escribir para nuestros ojos.
    Besos muchos.

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  4. Qué suerte he tenido que has escrito para mi ese precioso cuento, aunque no tanto como tus palabras escritas en rojo para mí, al leerlas han sido sólo para mí.
    Gracias.
    Que tengas una estupenda semana.
    Abrazos.

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  5. Gracias por tus deseos y por tan bella historia, en todas nos sentimos muy cerca del corazón. Un abrazo.

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  6. José Antonio, el domingo, si publicas, no podré leerte, soy todavía de esas personas "raras" que no tiene móvil. Lo leeré el lunes.

    ¿Te encuentras bien, verdad?

    Un beso, ¡Buen fin de semana!

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  7. Que maravilloso escritor tengo aquí, que consigue que me lea sus entradas dos veces seguidas y leerme todo lo anterior con ansia ya que me falta tiempo para hacerlo antes. No lo dejes nunca. Es una historia preciosa.

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