Otra Realidad.

Corría el año 2061. La tecnología había avanzado hasta limites no imaginados,nunca antes, por el ser humano. La sociedad era más justa y equilibrada fruto, por desgracia, de la terrible guerra que asolo el mundo, al principio del milenio. Eso hizo que los habitantes del planeta disminuyeran drásticamente con lo que, los recursos hasta entonces escasos, aumentaron hasta llegar a un inesperado equilibrio de las cosas.

En este equilibrio contribuía,poderosamente, la forma que tenía de distracción los habitantes del planeta. Se basaba en Realidad Virtual,generada desde unos pequeños dispositivos, alimentado por energía solar. Como tantos otros, Jon tenía uno de estos dispositivos. A él le gustaba acceder, especialmente, a una Realidad llamada "Paseo de los Melancólicos". Era este un lugar situada a la orilla de un río, flanqueado de sauces y algún que otro álamo, una frondosa hierba donde estirar la vista hacia el azul cielo y un paseo. Este adornado con placas con inscripciones que invitaban al recuerdo de amores pasados, luchados, vencidos, ardorosamente vividos, amores de mil y un labios, descritos con palabras que desvelaban, mínimamente, lo allí vivido. Jon disfrutaba de aquel jardín virtual.

Aquel día estaba paseando y descubriendo nuevos rincones. Nunca terminaba de verlo entero. Se detuvo ante una placa que le llamo poderosamente la atención. Se leía "Busco una voz que pronuncie mi nombre". Jon quedo extrañado, no era una placa que hablara de dos amantes, ni que buscara un amor determinado. Buscaba una voz. Se sentó, junto a la placa, y permaneció allí un largo tiempo pensando. Finalmente, salió de la Realidad Virtual,apagando el dispositivo, y volvió a su vida diaria. Pero no pudo sacar de su mente aquella frase "Busco una voz que pronuncie mi nombre".

La obsesión de Jon fue en aumento, con el transcurso de los días. Busco en archivos antiguos, hemerotecas digitales, fuentes de la nube. Quería conocer la historia de la persona que dejó aquella placa. Así pasaron dos años, entre la rutina diaria y el frenesí de su búsqueda. La desesperación comenzaba a hacer mella en su espíritu cuando un día conoció, por casualidad, a un anciano que hablaba de una maravillosa mente. Decía que era, una de aquellos raros casos, en los que la mente iba por delante del tiempo. Jon preguntó al anciano sobre ello. Este le explico que en su momento, allá por el 2005, había sido una de las precursoras de la Realidad Virtual pero que nadie creyó en ella, ni en su proyecto. Lo tachaban de locura de soñadora, era demasiado joven para tanto saber, le decían. Jon preguntó al anciano si sabía su nombre. "Si, respondió este, se llamaba Ángela y recuerdo que desapareció sin dejar rastro alguno",

Jon saltó como un resorte. Corrió hasta su casa, encendió el dispositivo de Realidad Virtual y fue al Paseo de los Melancólicos, donde se encontraba la placa, en la orilla del río. Una vez allí dijo con voz clara:"Ángela". Tras esto la placa comenzó a vibrar y una puerta azul apareció tras ella. Jon no dudo ni un instante. Entro y se perdió en la Realidad Virtual de Ángela. La placa desapareció de su lugar, nunca mas se supo de Jon. Las leyendas dicen que Ángela y él pasean cada atardecer por la vereda del río, se les ve felices difuminados por el ocaso del día.

En ocasiones mi realidad encuentra un pequeño resquicio por el que escaparme del ensordecedor ruido que produce la soledad. Porque no siempre, estar rodeado de gente,significa estar acompañado.

Mientas escribo esto, estoy escuchando: A Whiter Shade Of Pale (Procol Harum)



Comentarios

  1. Me ha gustado mucho la entrada e hoy,tan distinta a las que haces normalmente, pero con el mismo trasfondo poético que te caracteriza.
    En muchas ocasiones el oír nuestro nombre se hace totalmente necesario para seguir viviendo.
    Un beso fuerte, José Antonio

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  2. José Antonio, es una soledad muy "sonora"...
    ¿Puedes mirar el santoral de hoy? Es santa Ángela...es muy "sonora"...oración, oración y más oración...
    Hace un tiempo que tus entradas son distintas...y hoy también, como Tracy también ha observado... me alegro mucho...muchísimo...
    Realidad virtual y realidad "real", están en un mismo paquete, nada sucede por casualidad, están en nuestra vida, es maravillosa la vida y todo lo que conlleva vivirla...¡todo!

    Un beso, volador ¿eh?

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  3. Lo olvidé, no es un mero formulismo: que pases una semana muy luminosa...

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  4. Comprendo que a Jon le guste tanto el paseo de los melancólicos. Tal cual lo describes, no me importaría dar una vuelta por la década de los 60 del milenio en curso.
    Es la 1ª vez que me pintan el futuro en colores.

    Creo que Jon es un sentimental, cuya alma vive entre el pasado e el futuro. (por cierto, bonito nombre).

    Un beso.

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  5. Para una buena película. No dejas d sorprenderme. Increíble la entrada. Un abrazo.

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  6. José Antonio, que te me habías pasado, este catarro me lleva a la deriva de los sueños, siempre suelo irme a soñar, tanto de día como de noche, pero ahora es el embotamiento quien me guía y me había hecho no ver tu actualización.
    Este relato precioso, triste por ser en sueños y no en la realidad, pero hermoso, porque al fin, es otra realidad y es fantástica, plácida, amorosa y feliz.
    Una que tanto necesitamos en esta otra.
    Mi felicitación sincera.
    Y mis besos, naturalmente.
    :)

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