Un ballet en mis manos.

Aquel día llovía y no pude resistirme. Estaba solo en casa así que salí al balcón y extendí la mano. Una gota de lluvia, descarada y coqueta, rompió la monotonía de mi piel y recordé cuando...

...tenía quince años y no era la primera vez que,junto a los demás excursionistas, me encontraba en el monte, aunque algunos se atrevieran a llamarla montaña por un afán desmedido de aventura. El día estaba transcurriendo entre la candidez de algunas excursionistas y la, a todas luces, descarada y malévola pillería de algunos excursionistas. Eran tiempos en los que el desconocimiento de los unos, y de las otras, campaba en demasía por los verdes prados. No se porque me quede fijo,mirando el horizonte. Alguien me pregunto y le señale unas nubes negras que habían desdibujado el cielo. "No te preocupes, eso esta muy lejos", intento tranquilizarme.

Siguieron las risas y alborozas cuando, de repente, alguien gritó: "Corred esta comenzando a llover". Todo se convirtió en un hervidero de idas y venidas. Todo el mundo quería guarecerse de la lluvia. No se porque no corrí. Me quede allí clavado, en mitad del verde prado y extendí una mano. Las primeras gotas rebotaron sobre mi piel, extendí la otra mano y miré a ambas. Las gotas de lluvia formaban un armónico ballet en mis manos. Danzaban en cabriolas dueñas del tiempo y del espacio. Note como todo mi cuerpo quería unirse a aquella danza.Y me deje llevar por la lluvia. Comencé a bailar con cada nota, de lluvia, sonando en mi cabeza. Oía nombres de danzarinas y giraba, giraba mientras mi cuerpo era empapado por el frenesí de aquella danza...era como si algo me estuviera explicando que, aquella vorágine, era el principio de la vida. Era como si el tiempo danzara con las gotas y mis sentimientos. Era como si, el tiempo, quisiera besarme...

... alguien me agarró de la cintura y me condujo a un cobertizo, a resguardo. Era Rosa la que, en aquellos principiantes años de conocimiento del amor, compartía mis manos con sus sueños. Comenzó a llamarme loco, insensato y otras lindezas, mientras los demás escuchaban aquella retahíla de palabras sin sentido. Alguien me alcanzó un trapo para que me secara, pero lo deje caer al suelo y...volví a salir a danzar con la lluvia porque nunca antes había tenido un ballet en mis dedos. Nunca antes había sentido la vida tan dentro de mi.. Rosa me dejó tras aquel día...supongo que debía ser así porque nunca entendí, quizás no eramos el uno para el otro, como una rosa renegaba de la lluvia...de las gotas...de aquello que le daba la hermosura y la vida.

Comentarios

  1. ¡Qué bien lo has descrito, José Antonio!, es curioso el otro día pensé yo al ver caer las primeras gotas de lluvia después de mucho tiempo, que el ver llover es una de las sensaciones que te evoca recuerdos más nítidos de experiencias vividas en días de lluvia. ¿No crees?

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  2. Es tan bonito, tan dulce, tan delicado, nunca había pensado en la danza, en el ballet de las gotas de lluvia; desde ahora, lo recordaré cuando llueva. ¡Qué bonito! Todo, la imagen, el texto, el vídeo.

    Mil gracias por compartirlo.

    Te dejo tres vídeos, que me encantan, sobre la lluvia, seguro que los conoces, tal cual copiados:

    Creedence Clearwater Revival-¿Has visto alguna vez la lluvia? (traducido)

    creedence clearwater revival-who'll stop the rain? (subtitulado)

    Y esta que descubrí hace poco, con lluvia, preciosa:
    tribalistas - carnalismo

    (El que tiene el banco rojo).

    Que pases una feliz semana, José Antonio, y mil gracias por esta preciosidad.


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  3. Que cosa más bonita, que unas gotas de lluvia sobre las verdes hojas de mis árboles. Las veo desde mi cama y quisiera salir, tender mis manos abiertas, mi rostro, el pelo, todo mi ser...
    Rosa no iba contigo je je !! Solo tú sabes hacer poesía de cualquier elemento... Por eso vengo aquí siempre pensando en que me encontraré... Hasta pronto poeta.

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  4. José Antonio, hoy ha llovido durante todo el día, y he contemplado la danza de las gotas de lluvia. Me hizo sonreír. ¡Gracias!

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