Madre.

Si alguna vez fluí en el conocimiento, fue en tus entrañas. Si alguna vez fui misterio, fue en la espera en tu vientre. Si alguna vez fui agua, fue en tus brazos cuando secabas las lágrimas. Si alguna vez fui sueño, fue tras que me amamantaran tus pechos. Si alguna vez fui poesía, fue mientras susurrabas canciones, en las sombras de la noche, mientras me mecías.

Antes de ti, no era ni luz ni pensamiento. Cuando me miraste,la primera vez, note tu aliento y desperté del sueño que millones de manos me tenían retenido más allá del cielo y del infierno. Nada fui antes de ser nombre en tus labios,luz en tus ojos. Y se que eran otros tiempos aquellos.

Tiempos en los que la palabra amor se escribía en el laberinto de tus mismos adentros. A cada miembro formado, a cada vena escanciada con tu sangre. Tiempos de hambre fuera de tu cuerpo pero hartazgo, y recogimiento, dentro de tu ser. Tiempos en los que, la lluvia y el barro, atenazaban nuestros pies pero, tus fuertes manos, rompían una y otra vez el molde de barro. Tiempos en los que dormíamos despacio, jugamos de prisa con soldadítos sin caballos, con esperanzas grises pintadas de coloras por vuestras manos. Madre, aun sueño en ocasiones con la campiña verde en Mayo y con tu llamada, entre angustiada y quejosa, por encontrarnos.

Con el tiempo, madre, supe que deseabas una niña y me presente yo. Pequeño, desvalido, asustadizo ante cualquier ruido,buscando tu calor. Y no sé, madre, si te defraude. Nunca pude ser la princesa que esperabas ni el príncipe que creíste, sería después. Un simple caballo cojo fui al final pero, aunque nunca lo sabrás, me han dado alas, de fantasía, para volar. Y con ellas te estoy escribiendo este pobre pensamiento, de quien sabe quien le formo sus dedos para escribirlo y,su corazón, para sentirlo...madre.