Rodeando el horizonte.

A ratos quiero salir corriendo pero me quedo quieto, inmóvil como estatua de sal derritiéndose ante el fuego. No tengo ni la mas remota idea de quien esculpe este silencio, quien estrecha mi grito, quien acurruca mi sueño, quien acaricia mi lamento. Quisiera ser ave y volar hasta el firmamento, pero no volver a tierra, vivir en el profundo azul del cielo. Por encima de la tormenta, rodeando el horizonte donde se fusionan cielo y tierra, allá donde no se escucha el trueno. Solo aleteo, silencio y quizás el susurro de una canción en mi cabeza. Todo lo que siento. Allá donde no hay horizonte, sino vida, caricia compartida con las estrellas sin nombre. Colocando los sueños cabeza abajo, los pies en el Olimpo de los Dioses. Si, me gusta compartir los gritos de mis sueños cuando rodeo el horizonte.

Y es que andaba de peleas con mis entrañas cuando, hace unos días, volví a leer estos versos que tenía olvidados en un rincón de mi casa y ardiendo en algún rincón de mi cuerpo. Siempre me reconfortan. Alguien, además, los hizo canción. Escribir...sentir algo tan bello te deja mudo, con la lágrima cayendo.Comparto ambos contigo...belleza y silencio. Mis manos mientras escriben, tus ojos al leer, nuestros corazones al escuchar...tanto dolor compartido.


ELEGÍA

(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
con quien tanto quería).


Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento.
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.



10 de enero de 1936



Comentarios

  1. ¡¡¡Felicidades paisano!!!

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  2. Ya ves...a mí que este poema en la voz de Serrat me entristece!
    Es como si al fin los versos doloridos de Hernández tomasen conciencia,se hiciesen voz y se expandiesen por las ondas de un cielo que ocupa hace tanto ya...
    Sin embargo,añado más complacida,que me encanta perderme siempre entre versos y música por mucho que este conjunto a veces me haga volar bajo,prefiero pensarme así de a ras,rozando las olas del mar y eso hace que ya no me sienta tan triste y mi corazón vuele mejor.
    Esta entrada me ha hecho sentir todo eso.
    Besos miles.

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  3. Bello y triste, tan doloroso como sentir la espantosa punzada de una pérdida irreparable. Así es como me siento después de leer tanto los versos de M. H. como tus palabras..
    Quizás estoy especialmente receptiva, tal vez mi alma me transporta más allá del horizonte, al encuentro de todas esas almas cuyo legado perdura atraves de los siglos... Ufff!!
    Me has emocionado.
    Un beso.

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  4. Gracias por tu blog, me hace recuperar reencuentros olvidados.

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  5. Gracias por compartir esos versos con nosotros y hacernos recordar...

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