El color del pensamiento.

Por un momento creí que el viento acariciaba mi rostro. Sentía su aliento pero cometí un error, abrí los ojos y miré hacia las paredes de la habitación. Las conocía demasiado bien, buscan atraparme una y otra vez en el desaliento. Así que fue muy sencillo...cerré los ojos y,de nuevo, me atrapo la brisa de la sencillez del optimismo de sobrevivir a un tornado de poderosos y terribles vientos. De nuevo, sin saber como, estaba pintando el pensamiento.

¿Y de que color lo pinto?, depende del momento estarás pensando. Y depende del pincel que, ese día, me haya sujetado al pelo. Mil paletas, mil pinceles me regalan las hadas del viento. Así que, escribiendo esto, busque un atajo. Porque, en el fondo, el color del pensamiento es sencillo pintarlo. Con briznas de aire color viento, azul a ratos, amarillento si miras al Sol escondiendo el pensamiento, se colorea solo, se pinta de mil colores la cabeza, lo terrible se desvanece con el gris del mal sueño y la risa queda al descubierto, pintando de violetas el terciopelo.

O quizás lo pintes magenta o rojo si hay lágrimas en algún rincón de tu cuerpo, escondiéndose de la luz del color o de la razón que te dice "solo fue un mal momento". Mil colores, mil paletas. millones de matices acariciando tu maltrecho pensamiento. O ese día ha sido claro y anda montado a caballo y enarbolando la lanza de la esperanza, blanca, diáfana contra el dolor y todo mal sueño. Millones de maneras que tienes de pintar tu pensamiento pero si, al final, esbozas una sonrisa, es que has encontrado el color con el vas a pintar tu pensamiento. Eso vale mas que un Universo...eso es volver a encontrarte cara a cara con el yo de tus adentros. Nunca lo pintes de negro...para eso ya habrá tiempo....millones de colores y tú precioso tesoro...tu optimista pensamiento...a pesar de todo.

Un pequeño secreto. Escucho mil músicas, eso hace temblar a mis orejas, recordar a mi corazón y estremecerse a todo mi cuerpo. Pero en el post de la semana pasada compartí un vídeo de un solo de trompeta, que gustó. No es la única concertista a la que escucho. Por ejemplo hoy, mientras pintaba mi pensamiento, estaba escuchando a Tina Thing Helseth, gran concertista de música clásica. Esta música es para dejarse envolver y volar...disfrutando de ella.