Mi viejo teclado.
Las manos tapaban mis ojos en un
desesperante signo de impotencia. Deje que mi mente revoloteara por
entre los riscos de mi interior. Nada. Todo paracia vació, sin
sentido y, mis manos, se esforzaban en detener una lagrima que quería
salir entre la desesperanza y la rabia. Pero salio y cayo. Pero no
fue un suicidio. La lagrima me lo mostró con toda su sencillo esplendor. ¿Por que no hablas, hoy de mi?. Quien decía esto, era
quien mas me conoce, quien mas cerca esta de mi, quien sabe de lloros
y de risas. De música y de estruendo. Quien desnuda mi alma día
tras día, quien me dirige hacia él con la sensualidad de una amante y
la sabiduría de un niño: mi viejo teclado.
Esta conmigo desde el inicio de mi EM,
llevándome por los caminos del conocimiento, del aprendizaje. Del
dolor y del miedo. Conociendo cada segundo de alma cuando hablo con
él. Unos escritos conocidos, otros borrados, otros guardados, pero
todos guerreados con él. Me dirigió hacia la primera A ,que inundo
mi corazón, y la ultima R que escribió mi cabeza. El tortuoso
camino que lleva del Amor a la Rabia, aun estando cerca en el
teclado.
Me hace soñar con los Universos que
están junto a las Odiseas de quienes fueron antes que yo y, por
orden de teclado, serán Posteriores. Y me hace pensar en otros
teclados, en otros idiomas, con otra disposición pero que expresan
los mismos sentimientos con las mismas palabras. Aunque a nuestros
ojos les parezcan diferentes, nuestra cabeza sabe que quieren hacer
sentir la misma tormenta que nosotros sentimos.
Tras describir una tormenta te quedas
pensativo, mirando tu teclado, recordando que ya paso y si alguien
entenderá lo que escribes. Y sabes que si porque, tu teclado, es
sabio y dirigió tus dedos, da igual uno que diez, a las letras para
describirla mientras se secaba la ultima lágrima de hoy. Tu teclado vivió la tormenta contigo, se enrabio contigo, se desespero, te hizo sentir
lo que otras manos sienten y, creételo, te hizo sentir afortunado.
Si, porque no todas las manos pueden hablar con su teclado y, así lo siento, el mio aun me dicta historias que hemos compartido.Hoy es mi teclado quien me dicta, espero que nos entiendas. Nosotros lo hacemos cada vez que leemos otras manos, otros teclados,otras lágrimas.
Si, porque no todas las manos pueden hablar con su teclado y, así lo siento, el mio aun me dicta historias que hemos compartido.Hoy es mi teclado quien me dicta, espero que nos entiendas. Nosotros lo hacemos cada vez que leemos otras manos, otros teclados,otras lágrimas.
Mientras escribo esto, estoy escuchando una canción que le encanta a mi teclado:
My babe just don´t care for me (Nina Simone)
No dudes que tu teclado,como el mio son nuestro refujio, donde puedes opinar y no se enfada nunca jajaja. besos
ResponderEliminarBravo por ese teclado que nos deja entradas tan maravillosas como ésta. ¡Qué haríamos todos sin tu teclado!
ResponderEliminar:D
ResponderEliminarNo lo dudes,tu teclado,ya es amigo del mio, tus lágrimas, amigas de las mias, y de todos los que pasamos por aquí.
ResponderEliminarTus escritos estan impregnados de,
UN NO SÉ QUÉ....
Hasta pronto Jose Antonio.
Lo has descrito muy bien, una gran complicidad tenemos con el teclado, si, me has hecho caer en la cuenta
ResponderEliminarQue tu teclado no deje nunca de transmitir tan bellos sentimientos.
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